Los sábados por la mañana suelo levantarme pronto.
Mi hijo mayor -8 años- casi siempre tiene actividades por la mañana temprano, y todavía no he dado con la puta tecla para poder despertarme tranquilamente, ducharme, vestirme, desayunar, ocuparme de que se despierte, desayune, se vista y poder llegar a tiempo a su actividad.
Solo me da tiempo a que él se vista y desayune, mientras me
tomo rápidamente un triste café. Por lo que los sábados a media mañana suelo
tener bastante hambre. Normalmente, mi novia y yo desayunamos después
tranquilamente, sobre las 12, y comemos sobre las 4.
Como ella también flipa con el sushi y el sashimi, y parece que los 14 de Febrero hay que hacer algo agradable
en pareja, qué mejor ocasión para ir a desayunar un par de temakis al nuevo chiringo de Julián Marmol, Okasan (me enteré de que empezaban a funcionar a las 12, así que era perfecto).
Sé de este nuevo nombre (por lo menos para mí) en el
escenario madrileño de la gastronomía japonesa, por el éxito que ha tenido con
su otro proyecto, el bunker japonés – Yugo Sushi y Kobe-. Que por cierto,
todavía no he tenido el placer de probar.
Okasan es un
pequeño establecimiento, muy pequeño, situado en el espacio gourmet de el Corte Ingles del Paseo de la Castellana en Madrid. Tiene unas 4 mesas, muy muy juntas y una especie de barra donde caben otras pocas personas.
Como todavía no sabía de lo que era capaz el horno Kamado, ni de lo buenos que pueden llegar a estar los Gunkan de Sardina Millésime, pues pedí temaki y rolls. Los temaki eran de tartar de salmón salvaje con kizami wasabi y crema de wasabi, y de salmón noruego con aguacate. Los rolls eran el Spyder, mayormente de anguila y aguacate y el Okasan, de pez mantequilla con trufa y cebolleta con una salsa de wasabi y remolacha.
Todo muy recomendable. El producto, muy bueno. La única pega, el Okasan roll, que llevaba demasiada salsa. Tanta salsa, que no se apreciaba en absoluto el sabor del pez mantequilla.
No es un sitio barato, pero con la calidad de lo que sirven, es imposible que lo sea. Por los temaki, dos rolls, una copa de vino y una botella de agua, 50 € aproximadamente.
Aún así, seguro que volveremos.
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Foto: Gunkan de Sardina Millésime, vía clubyugo.net
Como todavía no sabía de lo que era capaz el horno Kamado, ni de lo buenos que pueden llegar a estar los Gunkan de Sardina Millésime, pues pedí temaki y rolls. Los temaki eran de tartar de salmón salvaje con kizami wasabi y crema de wasabi, y de salmón noruego con aguacate. Los rolls eran el Spyder, mayormente de anguila y aguacate y el Okasan, de pez mantequilla con trufa y cebolleta con una salsa de wasabi y remolacha.
Todo muy recomendable. El producto, muy bueno. La única pega, el Okasan roll, que llevaba demasiada salsa. Tanta salsa, que no se apreciaba en absoluto el sabor del pez mantequilla.
No es un sitio barato, pero con la calidad de lo que sirven, es imposible que lo sea. Por los temaki, dos rolls, una copa de vino y una botella de agua, 50 € aproximadamente.
Aún así, seguro que volveremos.
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Foto: Gunkan de Sardina Millésime, vía clubyugo.net
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